Una gran corrupción, si pero ¿por
qué?
Ser especiales, es decir, no
somos como los demás, aunque cada uno de nosotros somos los demás de los demás ¿o
nó?
Si eso es así y así es, de qué otra
manera podría ser, entonces por qué la necedad de continuar en ese camino y,
como pueblo, seguir atorados.
Hipótesis 1
Transar para avanzar como único
camino al éxito. En este sentido, se establece la mediocridad como elemento
preponderante, es decir, si nuestra capacidad y calidad son competitivas,
porqué tranzar. Buena pregunta pero, qué tal que el que decidirá no es tan apto
y, además le reporta a alguien más, que, quizás ni siquiera es su dinero el que
está en juego.
No hablamos sólo de negocios con
el gobierno, también sucede en la IP y lo que tienen en común es que el dinero
no es de ellos, sólo la mafia tiene resuelto el asunto pues el castigo no
requiere juicios.
Por otra parte en la IP podría suceder,
y cada vez es más frecuente, que le estén lavando al narcotráfico y la premisa
del dinero no es tan contundente, pues es parte del negocio. De aquí podríamos
concluir que el narcotráfico además de todo lo que se ha dicho por otros, es inflacionario
y la pérdida siempre se traslada al ciudadano común –un producto que, de hecho
vale menos, termina en un precio mayor tan sólo por este intermediario lavador
que es el valor que le aporta a esa cadena productiva, es decir la del lavado
de dinero. El otro es un producto secundario y que, como ya lo he dicho, siempre
termina pagándolo el ciudadano común.
Hipótesis 2
La presencia del Tlatoani.
Necesitamos que alguien nos conduzca pues nuestra capacidad es muy limitada. Me
resisto a aceptar esto aunque hay muchos indicadores en ese sentido. Nos dicen,
en plural, por quién votar, qué comprar, dónde ir, etc. aunque esto es una
contradicción en sí misma, es decir, si es así ¿cómo se da una jerarquización
en la línea de mando? –podríamos decir que eso es parte de la cadena de valor,
claro pero habiendo tanto intermediario que no trata con el Tlatoani ¿cómo
recibe este intermediario, su recompensa? Por lo anterior, es más probable que
en lugar de un Tlatoani, es que
Hipótesis 3
Nuestro concepto de productividad
es muy avanzado. Es decir, prometer no empobrece, dar es lo que aniquila. Y, a
eso voy ¿qué es más productivo que obtener algo desde la posición de una promesa?
Eso y el hermano adoptivo de la promesa, el ya veremos es en verdad un invento
genial, nada mejor que evitar el sí o el nó.
Dentro de los valores de una
empresa productiva de primer mundo, saber decir nó, es muy importante, desde
nuestra perspectiva, en México, no decir ni sí ni nó, es lo que nos permite
navegar en aguas turbulentas manteniendo la promesa viva. Esta hipótesis,
cancela, desde mi punto de vista, las otras dos.
Nuestro concepto de productividad
aplica, tanto en nuestra vida diaria como en la productiva, ya que esa es
nuestra vida diaria también. En la productiva, es muy importante que sea
divertido pero en la otra es igual de divertido. Aquello de que no hay que
tomarse a sí mismo, tan en serio, es un invento que le costó muchos años de
estudio a los psicólogos del primer mundo, nosotros lo vivimos desde siempre,
así crecemos y aprendemos de nuestros mayores. ¿Aprender de nuestros mayores a
divertirnos? Eso cancela el efecto Tlatoani, pues de haberlo, él promueve
la diversión por encima de cualquier otro valor.
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