La fuerza primigenia que hizo capaz la
aparición de la vida, es la misma que hizo posible la existencia del universo
como lo conocemos.
Adelante y atrás, más allá de geometrías y
orígenes, es decir, euclidianos o cuánticos, adelante deberá significar, el
paso que sigue. De esta manera atrás se anula desde la perceptiva de que la
reversibilidad no tiene aplicación cuando tratamos el fenómeno de la vida, pues
la vida no es reversible, su conclusión únicamente da paso a otra u otras que
se alimentan de sus despojos.
Un ir hacia adelante, querrá decir que no hay
un camino posible para ir hacia atrás. Las ecuaciones que se pueden abstraer
del concepto de entropía consideran que dentro de todos los caminos, el de
volver al origen existe pero, también, teóricamente su probabilidad es cero. Un
ejemplo de ello es que un cuerpo caliente, en un proceso natural y por
transferencia de calor, sólo irá a enfriarse y nó viceversa. Esto también lo
predice la entropía y sólo se define para el caso en que no se ejecuta ningún
trabajo en el proceso. De esta premisa se concluye que el universo terminará en
un estadio frío y expandido.
La fuerza, ese ir hacia adelante, que aún
prevalece en ausencia de cualquier realización de trabajo, es decir no hay un efecto
sensible de la transferencia de calor, se puede definir como un vector. Un
vector tiene las propiedades de poseer magnitud, pero además dirección y
sentido. Ese sentido es lo que llamaré ir hacia adelante, la dirección es lo
que le dará perspectiva a la posibilidad de regresar al origen y la magnitud es
el valor de la fuerza que crea el impulso hacia adelante.
Los logaritmos naturales describen la manera en
que se llevan a cabo todos los procesos naturales, quiero decir, un proceso
natural tienen un inicio, es decir graficándolo podemos establecer un cero en
relación a su magnitud, dirección, sentido y tiempo, el proceso se desarrollará
hasta alcanzar un punto final graficable también en magnitud, dirección,
sentido y tiempo. El tiempo no es una dimensión absoluta, significando que un
reloj no lo describirá de manera real sin antes haber establecido las reglas de
medida. El tiempo aquí no se mide en segundos sino en tiempos cuyo tamaño no es
el mismo para todos los procesos. Por otra parte, cada proceso tiene su propia
constante de tiempo, podemos decir que, cuánticamente los componentes de cada
proceso vibra con frecuencias diferentes. El exponente negativo al que deberá
ser elevada la base de los logaritmos naturales estará definida por el cociente
que se obtiene de dividir el tiempo transcurrido entre la constante de tiempo. Cuando
este cociente es igual al primer tiempo, la exponenciación es igual 63% del
valor total que llegará a tener el punto final del proceso.
Todos los procesos naturales tienen lugar en el
tiempo, pero los hay de primer grado, segundo, grado, etc. la diferencia estriba
en que el segundo grado es un proceso al que el resultado del primer grado pasa
de nuevo por una exponenciación en la base de los logaritmos naturales y así sucesivamente
hasta los grados que se requieran.
Decir que el valor alcanza el 63% en el tiempo
uno, significa que en ese tiempo la fuerza que lo impulsa lo ha llevado a
cambiar más allá del 50%, esto previene que el proceso se detenga (sólo el
exceso de fuerza es la prueba de la fuerza), este exceso de fuerza es de 63%.
Esto no significa que ese proceso no pueda ser detenido por otro proceso
convergente en sentido contrario y, entonces la probabilidad juega un papel
relevante, misma que confirma el porqué la mecánica cuántica juegue un papel
determinante en la existencia del universo y, con ello, la vida.
Desde el punto de vista filosófico, el proceso
y la determinación matemática del mismo, es irrelevante. Sin embargo, el proceso
tiene mucho valor como causa. Sí el proceso desde cualquier punto de partida
nos ha posibilitado para existir, la existencia no obedece a ninguna voluntad,
ese proceso es la voluntad en sí misma.
Esta fuerza del proceso, es lo que Nietzsche
llama la voluntad de poder. Desde aquí, nada más se requiere para entender
cualquier proceso natural, incluyendo y muy particularmente los procesos
sociales que son por excelencia los procesos que atañen al filósofo.
Por otra parte, querer determinar la matemática
de los procesos, significa establecer los mecanismos que hicieron posible
llegar al estadio actual del universo, es decir tener una simulación del universo
donde un antes y un después pueda significar algo para una vida que no llegará
más allá de 120 años contra los millones que habrán transcurrido para cuando se
logre tal proeza.
Contra la voluntad de poder, está la teoría de
la evolución donde adaptarse o morir es la regla del juego pero morir, ante la
voluntad de poder, es indiferente.
Esta voluntad de poder, garantiza la
preservación de las especies y también previene la adaptación pero nó le
importa la muerte, pues el proceso continuará con la vida, sin que esto signifique
que la vida es el objeto de la existencia del universo, más aún si lo que sigue,
destruye la vida no habrá nada que lo pueda evitar, pues la voluntad de poder no
obedece a una voluntad superior, es decir, no hay un dios que sea el iniciador
de nada, lo que no tiene la menor relevancia pues la conciencia sólo tiene razón
hasta que la vida ha sido propiciada por esa voluntad de poder. El universo en
otros estadios no ha propiciado la vida pero no quiere decir que no tendría la
capacidad de hacerlo.
Nos falta modestia y nos sobra soberbia, pero
ambas obedecen a los estadios primigenios de la vida que están sustentados en
el miedo, la sobrevivencia fue algo aprendido pero el temor ha estado latente
ya que el vector de la voluntad de poder nos alerta los sentidos pues descansar
no es opción.
El valor de esa fuerza es la mínima
que se obtiene de la ecuación de la entropía de Boltzmann:
S
= k ln Ω
S = entropía
k = constante de Plank
ln = logaritmo natural
Ω = la probabilidad de ocurrencia de
todos los microestados en el proceso
Lo que significa que la entropía es
proporcional a la constante de Plank multiplicada por el logaritmo natural de
la ocurrencia de todos los microestados posibles en el proceso. En termodinámica
estos microestados son el valor de las variables tales como; temperatura,
presión densidad, etc. la probabilidad de ocurrencia tiene que ver con el rango
de variación de estas variables, es decir, la naturaleza se previene de los resultados
posibles a fin de no desgastarse, pero en estas circunstancias, estos valores
no pretenden producir trabajo ya que en cuanto es posible producir trabajo, la
entropía da lugar a transferencia de energía lo que ya no es entropía, por
ejemplo, un auto en ralentí consume energía pero no la transfiere.