Considero que debemos establecer un sentido que ponga
a la vida en perspectiva, es decir, intentar reducir la subjetividad del
concepto, establezcamos para ello un sentido positivo y, en contraposición, uno
negativo.
En el sentido positivo, entenderemos; toda acción que
la fortalece, la justifica, la preserva. En el sentido negativo, por
consecuencia es; toda acción que la debilita, la refuta, la cancela.
La fortalece; la adaptación, la respuesta ante riesgos
naturales, la cultura, el conocimiento,
La justifica; la muerte, las heridas,
La preserva; el respeto a la naturaleza, la
observación, la experimentación, el azar, la búsqueda del conocimiento, la
mudanza,
La debilita; la fatalidad, el dogmatismo, el destino, la
comodidad,
La refuta; la búsqueda de la felicidad, la justicia,
la verdad, el control, la explosión demográfica,
La cancela; el concepto de eternidad, la inamovilidad,
¿Porqué fortalecerla? porque es la única que tenemos,
¿Porqué justificarla?, porque con ésto establecemos una línea clara hacia el
conocimiento ¿Porqué preservarla? Porque debemos tener claro la responsabilidad
que conlleva la gran capacidad del ser humano para la destrucción.
"Du grosses Gestirn! Was wäre dein Glück, wenn du nicht Die hättest,
welchen du leuchtest!
Zehn Jahre kamst du hier herauf zu meiner Höhle: du würdest deines Lichtes
und dieses Weges satt geworden sein, ohne mich, meinen Adler und meine
Schlange.
Aber wir warteten deiner an jedem Morgen, nahmen dir deinen Überfluss ab
und segneten dich dafür“
“Tú, gran astro, qué sería de tu felicidad ¡si no tuvieras a
aquellos a los que iluminas!
Diez años hace que vienes a mi cueva, ya estuvieras harto de
tu luz y de tu andar, sin mí, ni águila y mi serpiente.
Pero nosotros te aguardábamos cada mañana, tomábamos tu grandeza
y te bendecíamos por ello”
Así hablaba
Zaratustra
Friedrich Nietzsche
Con esta perspectiva cabría entender que el
conocimiento sólo cabe cuando estás ahí para entenderlo, también lo cuestiona
aquello de:
“Si en la profundidad del bosque, cae un árbol
¿hace ruido?”
También con ésto se busca
establecer que esta vida es la única que tenemos, más allá, no tiene sentido,
sobre todo un más allá metafísico, es decir, aquello que no se sujeta a las
reglas de la física (la gravedad, la atmósfera, la energía, el espacio – tiempo, etc.)
Las especies luchan, con
conciencia o no, por ser exitosas, de ello depende su preservación, la medida
es la de la cantidad de miembros de cada una de ellas, sin dejar de entender
que hay una relatividad en este concepto, pues el entorno es más que relevante,
quiero decir el ser humano es la especie más exitosa sobre la faz de la tierra
dada su tremenda capacidad para modificar el entorno. Al ser la especie más
exitosa, sólo lo que de ella se extiende tiene un sentido relevante.
“Pienso, luego existo” de aquí
se ha partido en el pasado, para diferenciarnos de las otras especies animales.
El monoteísmo fue un gran salto
en la humanidad, pero el tiempo ha demostrado que nos acercamos a la
inamovilidad, es decir, hacer que todo quepa en un solo dios, obliga a mantener
un control férreo frente a los feligreses y sobre todo ante aquellos que no lo
profesen.
Así reza la comodidad que
debilita la vida:
Un poco de veneno de vez en
cuando, produce buenos sueños, mucho veneno al final para bien morir.
Trabajar, pues trabajar es un
pasatiempo, pero cuidándose de que éste no se vuelva contra ti.
No desear ser pobre o rico,
ambas cosas son incómodas ¿quién quiere gobernar?, ¿quién quiere obedecer?
Ambas cosas son incómodas.
No guiar, no ser guiado, todos
quieren lo mismo, todos son lo mismo, quién piense lo contrario,
voluntariamente se dirige al manicomio.
Las estructuras mentales y la
evolución del pensamiento son al final del día, una y la misma cosa, es decir,
el aprendizaje sólo es posible viviendo y el entorno es quien lo configura.
Aquello de que el que vive en un
ambiente que juzga aprende a juzgar, es esencialmente cierto, esto es, el
cerebro aprende lo que se repite constantemente.
No tienes la capacidad de
controlar tu memoria, no puedes recordar lo que quieres los recuerdos aparecen
como respuesta a estímulos externos; un sonido, un olor, una imagen, etc. Es
por ello que las personas olvidan y pueden cargar con lastres que de otra forma
les haría mucho daño, aunque, por desgracia, también olvidan las buenas cosas
que les han pasado.
La sabiduría le pone límites al
conocimiento, dice Nietzsche, ser sabio no es sinónimo de hacerlo bien, ser
sabio también tiene que ver con imperativos, estar convencido no quiere decir
que estás haciendo lo correcto, si acaso es un síntoma de que ya no estarás
disponible para conocimientos nuevos.
Partiendo de estas ideas, quiero
establecer lo siguiente:
El cerebro va adquiriendo
conocimiento conforme pasan las horas y se han desarrollado sus sentidos, el
trabajo real empieza con ¿qué hacer con las cosas que ya sé?
El tono y la métrica con que un
recién nacido escucha las palabras o cualquier sonido, es algo que
genéticamente ya está definido, es decir un grito tiene significados de alerta
o alegría, armonizados con el medio ambiente, sin embargo el significado tácito
no quiere decir la comprensión de las palabras, para ello se requiere de mayor
entrenamiento. Las palabras que emite un recién nacido no son, en el sentido
estricto balbuceos en un idioma de bebés, sino falta de entrenamiento en sus
mecanismos de expresión externa.
El conocimiento es también un
aprendizaje, quiero decir, el conocimiento no tiene una clasificación
prestablecida, las cosas aprendidas no se acomodan en un escalafón determinado
¿determinado por quién me preguntaría? Los sentidos se suceden en el tiempo
pero el tiempo aquí es atemporal, pues el tiempo es sólo la sexta dimensión que
se une y configura con los sentidos. La memoria así, se guarda en una secuencia
sin reglas pero que coincide y se imprime en el tiempo sin fechas ni horarios
pues la única referencia es que sucedió en el mismo instante infinito de
sentido – tiempo. Aquí hay una similitud con el concepto espacio – tiempo de
Einstein, donde el espacio son los sentidos y forman un producto constante con
el tiempo y de igual manera para determinar en mayor magnitud la información de
los sentidos el tiempo se reduce hasta la proporción adecuada en la relación
espacio – tiempo.
La perfección por su parte es un seceso irrepetible,
es decir, ocurre en ese sentido – tiempo que es consecuencia de mucho trabajo y
entrenamiento, aprendizaje en el sentido estricto de la palabra. Siendo como
es, irrepetible, no tiene sentido buscar la perfección alcanzada por otros, al
trabajar duro consigues tu propia perfección en eventos irrepetibles, la
felicidad que eso trae aparejada es la que te alienta a buscar una nueva
perfección, pero también, ser prudente es una necesidad que evita la locura
malsana, malsana porque te lleva a los imperativos de la razón y con ello a la
sabiduría y, ahí se tuerce todo.